El
funcionamiento de la banda ancha se basa en la utilización de tecnologías DSL y
de cable módems. Sin embargo, la tecnología WiFi, que no necesita cableado,
está creciendo más y más, especialmente para suplir a aquellos usuarios que
viven en áreas sin las tecnologías o capacidades necesarias para establecer
complejos sistemas de cable módem. La fibra óptica, el material utilizado para
la transmisión de datos en banda ancha, ha demostrado ser mucho más eficiente
que el cobre y mucho más eficaz en relación a la velocidad posible adquirida.
Hoy
en día el método más utilizado para conectarse a Internet consiste en utilizar
un módem (individual), pero por su naturaleza analógica de las líneas
telefónicas, los módems no pueden conectarse a velocidades de una LAN que
alcanzan a 10 – 100 Mbps.
Dependiendo
del nivel de necesidades, podemos elegir uno de los tipos de conexión conocidas
como xDSL y que puede ser IDSL, ADSL, VSDL, HDSL, SDSL, etc., que son un
conjunto de tecnologías que proveen un gran ancho de banda permitiendo el flujo
de información tanto simétrico como asimétrico de alta velocidad
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